Para este último bloque, que
trata sobre creación literaria, voy a exponer mis ideas (las cuales no siempre
podrán ser acertadas, pero pretendo lógicamente que lo sean) acerca de cómo
crear literatura, tanto para uno mismo, ya que es aplicable para todas las
edades.
Antes de empezar, me gustaría contar, con mis palabras, una anécdota que me encanta sobre el artista Miguel Ángel. Una vez le preguntaron cómo hacía para sacar esculturas tan bellas y que expresaban tanto de un simple trozo de mármol, a lo que él respondió que la belleza la tenía dentro el mármol, el solo quitaba las partes que le sobraban. Y en esto se basa la creación literaria, en dar forma.
Antes de empezar, me gustaría contar, con mis palabras, una anécdota que me encanta sobre el artista Miguel Ángel. Una vez le preguntaron cómo hacía para sacar esculturas tan bellas y que expresaban tanto de un simple trozo de mármol, a lo que él respondió que la belleza la tenía dentro el mármol, el solo quitaba las partes que le sobraban. Y en esto se basa la creación literaria, en dar forma.
La
principal diferencia entre la creación por parte de un niño, un joven, un
adulto y un anciano será principalmente el nivel cultural y expresivo. Por
lógica un niño sabrá menos palabras y se expresará peor que un joven; un
anciano tendrá más vivencias y conocimientos en que basarse que un adulto, pero
por la evolución de la educación este se expresará seguramente mejor que el
anciano. Un niño no va a escribir sobre temas de adultos, aunque un adulto
abarcará más temas (entre otros, los de un niño); mientras que los de un
adolescente estarán muy marcados por la época que está viviendo.
Por
esto, creo que la forma de crear para todo el mundo podría ser la misma, la que
voy a exponer, pero que la creación a la que den forma será muy diferente,
incluso entre personas de la misma etapa.
Además,
el método para crear literatura cambiará según a qué género literario queramos
aportar nuestro granito de arena. No se creará igual una poesía, con su rima,
versos… que un diálogo teatral.
Los
pasos y técnicas que voy a exponer a continuación son, como he dicho, los que
considero mejores bajo mi punto de vista, y los pondré en práctica en la
actividad de este mismo bloque.
-PROSA
Para
comenzar a escribir prosa, lo principal es tener un tema. No se puede escribir
prosa sin tener algo predefinido, aunque sean los personajes o el propio tema,
ya que si escribimos “de la nada” lo que escribiríamos serían nuestros
sentimientos y pensamientos, por lo que sería lírica y no prosa.
Pero...
¿de dónde sacamos un tema? Rarísimo sería un tema sobre el que no hubieran
escrito todavía, y si no lo han hecho seguramente es porque es muy original o
un aburrimiento. Aunque siempre puedes sacar ideas de otros libros, o basarte
directamente en un libro para escribir tu historia, creo que lo más indicado
sería hacer una “brainstorming” o tormenta de ideas. Para el que no esté
familiarizado con este término, es muy simple: consiste en coger un lápiz y un
papel y, solo o acompañado, escribir todas las ideas que se te ocurran,
cualesquiera que sean, por muy absurdas que podrían parecer de cualquier idea
puede salir una buena historia. Pongamos, por ejemplo, un cronómetro durante un
minuto y apuntar todo lo que se pase por la cabeza. Finalizado, elegiremos la
palabra que más nos convenza (o bien se llevará a votación a otras personas). Otra opción sería, unida a la tormenta de
ideas, coger dos de las palabras que hayan surgido e inventar la historia a
partir de ellas (Binomio Fantástico, de Rodari).Una última opción sería preguntar a un conocido algo sobre una vivencia propia (o sobre el propio autor) y escribir sobre la misma.
Tras la elección del tema viene
lo más difícil: empezar la historia. Por muy bueno, o potencialmente bueno que
sea el tema, hay que darle forma. Mi propuesta es primero elegir el número de
personajes principales, y definirlos un poco.
Por último, comenzar la
creación en sí misma. Se puede empezar por la introducción, por el final, o por
un pasaje intermedio y a partir de ahí crear toda la historia. Siempre tendrá
que haber una introducción, un nudo y un desenlace, aunque el tamaño de cada
una puede ser muy diferente.
-LÍRICA
Para crear lírica lo importante
es expresar lo que se siente, ya que es el objetivo en sí de este género.
En mi opinión lo mejor para
crear en este género es coger un lápiz y un papel, o bien un ordenador, y
empezar a escribir y escribir, sin pensar, expresando directamente por escrito
lo que tengamos dentro. Si se pretende hacer con una métrica y rima, algo más
complicado, y si no se tiene el “don” para escribir poesía, creo que lo mejor
es hacer lo dicho (escribir sin pensar) y elegir estructura que prefiramos (un
romance, un soneto…), tras lo cual iremos dando forma a lo expresado, cambiando
las palabras necesarias para conseguir la métrica y la rima. Personalmente
cuando escribo poesía, algo que me gusta hacer de vez en cuando, voy
escribiendo los versos dándoles forma, eligiendo algunas palabras al final de
cada verso y, cuando tengan que rimar, elegir la palabra que lo haga pero sin
cambiar el sentido al poema.
Asique, como instrucción para
escribir lírica he podido no ser muy
concreto, pero creo que esa es la mejor forma: escribir sin pensar y, si es
preciso, darle forma después.
También puede haber otra forma,
y es elegir (como en prosa) un tema y darle una estructura poética, pero
siempre expresando de alguna forma lo que se siente.
-TEATRO
En mi
humilde opinión este es el género que, para el caso que nos ocupa, es el más
sencillo de crear. Propongamos, por ejemplo, para un taller de creación teatral
escribir un diálogo. Habrá que elegir el objetivo: que sea cómico, surrealista,
amoroso… o concretando más, bien puede ser un diálogo normal entre dos amigos
que se encuentren por la calle, o entre un médico o un psicoanalista y su
paciente, una madre y sus hijos…
Habrá
que elegir el tema sobre el que irá la conversación, aunque como en todo
diálogo entre personas este puede ir cambiando. Además no tiene que haber
introducción, nudo o desenlace, sino directamente la conversación, aunque si
tiene algo de emoción mejor que simplemente una discusión de política entre un
padre y su hijo.
Por
último, el número de personajes es muy variable, pudiendo ser muchos o
solamente uno (monólogo). Y el diálogo podría ir acompañado de acotaciones que
expliquen cosas que no queden claras con el diálogo, o descripciones de los que
protagonicen la conversación.
No se trata de lo que tú pienses, sino de lo que vimos en clase y, a partir de ahí, buscar información sobre el tema.
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